Vienen tiempos difíciles para las personas con doble vida porque ahora se ve todo. Ser coherente es hoy mucho más difícil que hace solo unos pocos años porque hoy vivimos de cara a la galería, no actuamos sino que vivimos hacia los demás, es lifestreaming.
Kant no salió de su pueblo y fue muy coherente, nosotros tenemos cien veces más interacciones con los demás que Kant, de manera que tenemos cien veces más posibilidades de resultar incoherentes, y además que la incoherencia quede documentada.
Como es tan difícil ser coherente debemos al menos ser honestos; de la transparencia hablaré en el próximo y último capítulo de esta serie. Si eres honesto y humilde para reconocer tus errores no tendrás problemas para adaptarte al cambio; si no lo eres finge sin engañar.
Vivimos en un cambio visible a todos, la gente está desorientada pero tolera el fallo, entre otras cosas porque sino nos suicidaríamos todos. Somos hoy receptivos ante las novedades, estamos dispuestos a probarlas y a aceptar que no funcionan bien todavía. Estamos en una época de betas, de versiones lanzamiento.
Lo que no consentimos es la mentira, y la mentira es cada día más fácil de descubrir porque todo se sabe. Un mentiroso es un apestado hoy y no lo era hace bien poco. Somos mucho más tolerantes a ideas distintas de las nuestras. Un mundo global con muchas interacciones hace que viajemos mucho, que nos mezclemos y sorprendamos con los demás, pero sobre todo que aprendamos a entendernos unos a otros. Como decía Pío Baroja, el nacionalismo se cura viajando.
Un sistema emergente no lleva bien la mentira porque tiene capacidad para amplificarla y, si es amplificada conduce a un error colectivo. Del mismo modo que la mentira puede subir hacia arriba, una vez descubierta, puede volver hacia abajo porque en la Era del lifestreaming todo queda documentado, se depuran responsabilidades y aparecen los apestados.
Me haces pensar…
Un sistema nacionalista y excluyente funciona como un ecosistema. Hitler no necesitó dar órdenes, a partir de unas pocas leyes, un poco de tiempo y mucho entusiasmo consiguió todo. “Trabajar en dirección al Fhurer”, sin más y “Sin transmisión directa de órdenes, se podían poner en marcha iniciativas que se suponía que estaban en sintonía con los objetivos de Hitler.. , y tenían buenas posibilidades de éxito.” I. Kersaw “Hitler, 1889-1936”. Ed. Peninsula, 2000. Pág. 479.
y vaya si funcionó…fue un Ecosistema político- militar perfecto.
Lo que me lleva a contradecirte: si caben mentiras en un Ecosistema, y muchas.
Un Ecosistema funciona en suposiciones, buenas (proteger la libertad) o perversas (todos los judíos son malos) y se auto-organiza para hacerlas verdad: Defender la Red o Matar Judíos.
Y es que cuantas menos reglas tengan y más básicas sean, mejor funciona el sistema. Mientras tenga suficiente atractivo para que las hormigas entren, y suficiente confort para que no se marchen ni se mueran el sistema funciona.
Y no digamos ya si los individuos en particular y el sistema en general tienen un enemigo común, como en el caso de Hitler; nada une más que un enemigo común.
Quizás el mérito de Hitler estuviera en tener miedo a que se incumplieran sus órdenes, de modo que las racionaba, y, en cambio basaba su corrección de conducta en el castigo; para hacer eso hay que dar libertad al individuo.
No creo. Un ecosistema se basa en al automatización del individuo, no en su libertad. Es una contradicción, pero es así. Entras y sales cuando quieres, pero mientras estás dentro sigues las normas: es el consenso. Hitler gobernó así, no con el miedo.
Cómo que no hay libertad, mira el caso del urbanismo emergente de Mánchester en el Siglo XVII. Es libertad que llega a la anarquía, al desorden puro y desde ahí surge el orden.