#manifiestonube 8 Tu casa no es tan segura como Fort Knox

Hay cierta analogía entre la forma de guardar el dinero y la forma de guardar los datos.

Cada vez es más importante disponer de nuestros datos en cualquier lugar, de hecho, cuando saltas a la nube ya no hay vuelta atrás; por ejemplo, nadie que haya usado Gmail para trabajar quiere volver al POP3 corporativo, y tampoco conozco a nadie que haya empezado a usar Dropbox y lo abandonara después.

Los datos son tan importantes como el dinero en la sociedad de la información en la que vivimos. Antaño se guardaba el dinero en un calcetín bajo el colchón pero ni era seguro ni tampoco garantizaba la disponibilidad, como nos sucede hoy con las tarjetas de crédito. Con la nube sucede algo parecido, la ventaja de la disponibilidad e independencia del dispositivo es demasiado grande como para pasarla por alto, y creo que a estas alturas la seguridad debería verse como otra ventaja más de la nube.

Para las empresas del Cloud la seguridad es el corazón de su negocio, ahí no pueden  permitirse concesiones, porque un fallo mandaría todo al garete y, como comenté en la anterior entrada ellos tienen mucha más experiencia que tú en repeler intentos de robo de datos. Igual que hoy vemos nuestro dinero más seguro en el banco que bajo el colchón, pronto veremos nuestra información más segura en un gran centro de datos que en nuestro ordenador, y no digamos nada del dichoso pendrive.

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