
Te equivocas si buscas líderes detrás de lo que ha ocurrido tras las concentraciones del pasado 15 de mayo. Olvida las teorias conspirativas, esto ha nacido de abajo hacia arriba, es un fenómeno emergente y obedece a leyes distintas.
Me explico, hace ya medio año se debatió en el Parlamento la llamada Ley Sinde que permitía y permite cerrar páginas web sin autorización judicial. Áquel debate enfadó a mucha gente. Como se que estás esperando que ponga nombres a esto te diré que, algunas de las personas que más se significaron en aquel momento fueron: David Bravo, Eduardo Arcos, Enrique Dans, Javier de la Cueva, Julio Alonso y Ricardo Galli entre otros. Estas personas han seguido apoyando la protesta pero desde distintas ópticas, y desde luego no son quienes decidieron concentrarse el 15 de mayo ni mucho menos acampar después en la Puerta del Sol de Madrid.
El caso es que la Ley Sinde se rechazó en primera instancia, para ser aprobada dos meses después. Fue la crónica de una muerte anunciada, en la que PSOE, PP y CIU votaron a favor. Recuerda que hoy estos tres partidos están en el disparador de todas las protestas. De ahí se pasó a la frustración, al ver que, independientemente de lo que pensara la ciudadanía, se iba a hacer lo que a los partidos mayoritarios les diera la gana. Cabe señalar que los que vivimos en Internet damos por hecho que Internet es el mundo y, además, un servidor piensa que por el ego muere el bloguero.
La frustración y una serie de debates públicos vía Twitter convirtieron #leysinde en #nolesvotes, una iniciativa que comenzó publicando mapas colaborativos de la corrupción española y acabó proponiendo una concentración para el 15 de mayo en varias ciudades españolas.
Conviene por tanto tener claro que esto lleva meses, por no decir años gestándose, y que ha estallado ahora simplemente porque ha conseguido tener la masa crítica de gente alineada.
Tampoco es lógico hacer analogías con las revoluciones de los últimos meses en Oriente Medio por varias razones: ellos tienen hambre y nosotros no; ellos emitían una señal débil que se amplificaba desde fuera, mientras que aquí la señal no ha necesitado amplificación. Y sobre todo porque allí murió gente, es decir, la noticia era la muerte de gente mientras que aquí lo que es noticia es la cantidad de personas que se han alineado; con un objetivo difuso que se puede traducir en romper el bi-partidismo, pero con un enemigo claro, una clase política por la cual no se sienten representados.
Estas concentraciones han surgido en plana campaña electoral no porque haya intereses electoralistas detrás sino, a mi entender, porque mientras un grupo de personas publicaba un bochornoso mapa de corrupción en los mítines se prometía el oro y el moro. Porque mientras unos recopilaban vergüenzas políticas en una wiki, a otros se les llenaba la boca diciendo lo buenos que eran ellos, y lo malos que eran los otros, ésos otros con los que, recordemos, habían votado la Ley Sinde en contra de la opinión de las personas más activas de Internet.
Y sucedió lo que tenía que suceder, que la gente indignada con esto, y con que a su madre le bajen la pensión el mismo día que se inyecta dinero público en bancos privados, salió a la calle a protestar. Con el tiempo sabremos si esto es un cisne negro pero yo hoy apuesto a que sí.
Claro que buscan cambiar el rumbo de las elecciones, pues en lo que sí están de acuerdo es que el sistema representativo español no les representa. Pero las réplicas que empieza a tener la #spanishrevolution en una decena de países, como Italia, Alemania o Bégica demuestran que esto no es culpa de las elecciones municipales y autonómicas españolas; amén que avale la posibilidad de tratarse un cisne negro: algo que nadie esperaba pero que, una vez ha sucedido, a todos nos parece lógico que sucediera.
Lo que va a pasar ahora es impredecible precisamente porque son millones de personas distintas que tienen cada día decenas de millones de conversaciones. Lo seguro es que se puede trazar y si se traza se entienden mejor los siguientes pasos.
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