Un año trabajando en lo que me gusta

Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida
Confucio

Cambiar de trabajo lo había decidido mucho antes. Amén de que una persona de cuyo nombre no quiero acordarme me hubiera estado acosando laboralmente durante un año y medio, concretamente desde un éxito profesional incontestable que tuve. Desgraciadamente, en España la corrupción es norma y no excepción. Yo no entendí esto hasta mucho después; durante ese tiempo oscuro no llegué a alcanzar el por qué se me penalizaba por un éxito, en fin.
la verdad os hará libres
Juan 8
Tampoco entendí hasta mucho después que la libertad e independencia que siempre he tenido la suerte de disfrutar fuera una amenaza para nadie. Luego ví, que cuando eres libre te conviertes en una amenaza para un sistema corrupto. O más bien al revés, un corrupto no puede denunciar la corrupción, con lo cual la perpetúa en el poder y los corruptos se sienten seguros a su lado, mientras que esos mismos corruptos, que insisto son norma y no excepción en el sistema, se sienten amenazados por una persona honrada, porque es libre de denunciarles.
Los acosadores laborales, igual que los maltratadores tienen un gesto donde puedes reconocerlos, son pelotas con sus superiores. Al igual que les pasaba a los abusones en el cole, son fuertes con los débiles pero también suelen ser débiles con los fuertes.
No me gusta huir, nunca he salido de un sitio escapando me permití cambiar cuando ya no era una una huida.
Tras un año de idas y venidas en el que he hecho cosas muy divertidas, cosas rentables y no rentables, ahora es turno para BrainSINS una empresa que conozco desde hace cuatro años, cuando era Wipley, una red social de videojugadores un lugar donde disfruto, aporto valor y hago lo que quiero.
Trabajo en lo que me gusta, cada domingo estoy deseando que llegue el lunes para disfrutar en el trabajo. Este tiempo de cambio que nos ha tocado vivir es muy exigente con nuestra ilusión, ya no sirve pasar por el trabajo como el que pasa por un túnel, ahora hay que volcarse, eso para mi es fácil, soy binario, si un proyecto me gusta lo doy todo y disfruto, si no me gusta lo que hago no rindo y además sufro.
En este año he apoyado media docena de startups algunas con emprendedores extremadamente jóvenes, lo cual, como sabéis, me encanta pues veo emprender como un maravilloso ejercicio de aprendizaje. Creo que mi primera empresa fue con siete años pero, ya en serio, monté una a los ventidós que me cambió la forma de pensar.
He hecho algún que otro trabajo de consultoría con marca blanca, no tan agradable pero sí extremadamente rentable. También estoy dando clase en algunas escuelas de negocio sobre cosas que sí me parecen divertidas e interesantes.
He diseñado una estructura de base para lo que yo creo que debería ser StartupSpain, pero no he encontrado una fuente de financiación que permitiera libertad a la iniciativa, diría más, que alejara a StartupSpain del político de turno. Cuando pienso en las empresas del IBEX35, sus dirigentes son para mí unos políticos más, con algunas honrosas excepciones.
Y lo mejor son los retos que aún están por venir.

Como actuar en redes sociales: ¿Persona o empresa?

La mayor parte de las decisiones importantes de nuestra vida las tomamos sin criterio, sin datos suficientes o aún peor, sin ser conscientes de que las estamos tomando. Piensa en cuando elegiste qué estudiar, cuando decides casarte, hipotecarte, y no digamos nada de cuando decides tener hijos.

Ayer, en el eCommBeers puse a mi amigo Javier Martín en un aprieto que, además no venía a cuento. Mea culpa. Hablábamos de social media para comercio electrónico y no se me ocurrió otra cosa más que hacerle esta pregunta.

Si empezaras ahora mismo desde cero ¿tuitearías como @loogic o como Javier Martín?

A Javier le sobran tablas para salir de una aprieto como este y concluyó que hoy quizás sí hubiera dado mas peso a su marca personal, y que depende del propósito para tí de las redes sociales. Y a veces se sorprende de haber aguantado Loogic como marca personal todo este tiempo.

Decidir entre marca personal o marca empresa para presentarnos en las redes sociales es una pregunta compleja que no se le debe hacer a un amigo. No obstante, como yo me he equivocado haciendo una cosa y la otra, por lo que tengo suficiente criterio para darte una solución al enigma.

Para mí es una cuestión de plazos, si primas el corto es mejor la marca empresa, si buscas el largo plazo es mejor la marca personal.

Hace catorce años creé mi primera empresa, Desarrollo Rural y Estudios Medioambientales Tecnología – drematec, un feo nombre que todavía arrastro aunque no era tan feo en 1999; luego un par de ellas de cuyo nombre no quiero acordarme. En madri+d llevé el blog de emprendedores de base tecnológica, luego relancé Redepyme, creé Emprendeoi y Open Green, y ahora formo parte de BrainSINS. En todas y cada una de ellas he tenido varias veces mas tráfico que cuando utilizo mi marca personal. Para mí está claro, entras antes en un blog de una marca empresa que en una marca personal. Es mas, diría que entras unas cinco veces más fácilmente en marcas empresa que en marcas personales.

El problema de las marcas empresa es que muy pocas duran toda tu vida, y cada vez son menos. A mis treinta y seis años ya he lanzado cuatro marcas empresa y he colaborado en otras cuatro. En cambio tu marca personal te acompaña toda tu vida, a no ser que quieras ser muy transgresor o tendencioso al elegirla. Mientras tu marca empresa suma las casillas de cinco en cinco tu marca personal lo hace de uno en uno, pero la primera se resetea de vez en cuando mientras que la segunda no debería resetearse mientras estés vivo.

StartupSpain IV. Así empezó todo

En el verano de 2010 acabábamos de ganar nuestro primer Mundial de fútbol. Fue ahí, hace casi dos años cuando Chile nos sorprendió a todos con el anuncio de Startup Chile. Era una auténtica osadía pero rebosaba buen rollo y sentido común. Se convirtió en la comidilla de los eventos de esas fechas, y poco después nos enteramos del éxito de su primera convocatoria.

Algunos emprendedores como Xurde nos preguntaban por cómo veíamos aquella locura austral pues se planteaban ir. ¿Cómo lo íbamos a ver? Bien y con sana envidia; yo me imaginaba paseando en el otoño de 2020 por el barrio de Centro-Providencia de Santiago de Chile en medio de un ecosistema de startups de primera división.

El programa chileno fue una iniciativa aislada hasta que a comienzos de la primavera de 2011 Startup America y Startup Britain nos dejaron claro que todo aquello iba en serio. En España se comenzó entonces a mover fichas, las tres primeras instituciones que se interesaron por el tema fueron/fuimos: AJE-Madrid, Tetuan Valley y EOI. Del mismo modo que en el caso chileno no se puede hablar de un país ni de una organización sino que hay que hablar de una persona – Nico Shea -, en este caso hablamos de tres: Álvaro Cuesta, Luis Rivera y un servidor.

La Asociación de Jóvenes Empresarios de Madrid estaba/está liderada por Álvaro Cuesta y había hecho una profunda modernización en los meses anteriores. Álvaro planteaba una estructura de coordinación para el joven ecosistema español de startups. Por su parte Luis Rivera ya había constituido un pequeño ecosistema de startups a imagen y semejanza de Y Combinator, pero en el barrio madrileño de Tetuán – Tetuan Valley; Luis apostaba por la iniciativa privada para tirar de este carro y defendía el modelo chileno de devolver al estado lo recibido en forma de servicios a la Comunidad.

Mientras tanto, en EOI habíamos comenzado a trabajar en el Plan de Emprendedores de la Escuela tras el SIMO-Open Green de octubre de 2010. Este plan integraba las principales instituciones y ponía a la Escuela como puente entre la iniciativa pública y la privada. Su proceso de construcción me permitió escuchar voces representativas del Ecosistema. Recuerdo la frase de Javier Martín en diciembre de 2010: solo funcionará si sale desde abajo hacia arriba; la de Ricardo Galli: las administraciones tienen que comprar cosas a las startups; o la de Juan Mateu en esta misma línea: no me des subvenciones, cómprame cosas. También aquellas que apuntaban a una simplificación administrativa y fiscal de la mano de François Derbaix: desregularizar y eliminar las subvenciones, o la visión cargada de sentido común de su esposa, Marta Esteve, quien veía un edificio en el centro de la ciudad accesible para emprendedores.

En el convulso verano de 2011 MadridEmprende dio un paso al frente con la puesta en marcha de Madrid International Lab. De ese modo, la institución liderada por Iñaki Ortega pasaba de ser la mayor red de viveros a nivel nacional a posicionarse muy seriamente como aquella infraestructura para startups de la que Marta Esteve me había hablado medio año antes.

Tras estos pioneros vendrían Wayra España, el Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol, los eventos Start Up Spain de ESADE – Fundación Rafael del Pino o el Spain Startup & Investor Summit de IE, Infoempleo y FCP; pero de estos hablaremos en otra ocasión.

 

 

Cierro mi etapa en EOI

El pasado 29 de febrero fue mi último día en EOI, dejo atrás algo mas de mil días de experiencias, amigos y algunos de los mejores proyectos que he hecho, como es el caso de Open Green en SIMO 2010.

Me he volcado con proyectos en los que disfruté. Comenzamos creando infraestructura de relaciones para pymes, le dimos una vuelta a Redepyme que acabó por ponerse de largo en aquel Open Green. Tratamos de hacer de la consultoría algo escalable y ágil a través de los Seguimientos; lanzamos tres marcas: la nueva Redepyme, Open Green y Emprendeoi; y creamos el Club de Emprendedores de EOI o el Foro de Inversión Redepyme-Iniciador entre otras iniciativas.

Llevamos a la Escuela a: Iniciador, Ellas 2.0, Betabeers, las Jornadas de eCommerce, Iniciador Kids, CEO-CF, Keiretsu Forum, Ecomm & Beers o iOS Bootcamp, entre otros.

Me despedí de la Escuela tras poner en marcha los Cursos de empresas de diseño, aunque yo prefiero llamarlos Cursos de diseño de empresas, que marcan, a mi entender, la línea que han de seguir este tipo de programas en el Siglo XXI.

En marzo de 2011, mientras dibujaba el Plan de Emprendedores de la Escuela salió, como por arte de magia Startup Spain, todavía no habían aparecido ni Startup America ni tampoco Startup Britain, pero pocos meses antes, Nicolás Shea sí que había creado ya Startup Chile. En aquel momento pensé que el proyecto podía ser impulsado por la Escuela, como puente entre la iniciativa pública y la privada, pero siempre que Startup Spain fuera un movimiento de abajo hacia arriba y no al revés. Posteriormente seguí trabajando para unir fuerzas hacia un emergente Plan Nacional de Emprendedores, en el que un año después aún sigo enfrascado conectando a los principales actores de nuestro Ecosistema Nacional de Emprendedores.

Me voy satisfecho y con mas trabajo del que quisiera, pues me propuse descansar y, ni por asomo, lo he hecho en estas dos semanas que he estado fuera. Tengo muchos proyectos encima de la mesa, y muy a mi pesar, tendré que decir no a algunos de ellos.

Hace años pensaba que el tiempo era infinito. Hoy creo que el tiempo es lo único que nos limita.

INprendedores, experiencias y reflexiones sobre el arte del intraemprendizaje dentro de las organizaciones

En media hora presentamos INprendedores, experiencias y reflexiones sobre el arte del intraemprendizaje dentro de las organizaciones, un libro nacido de la colaboración de 16 personas de diversos ámbitos. Puedes descargarlo en este enlace. A continuación tienes mi aportación:

Autodiagnóstico intraemprendedor

Intraemprender, o empezar algo desde dentro de algo es gratificante pues dejas un legado, es divertido ya que haces algo que te gusta y lo haces tú, y es rentable porque suele ser un magnífico escaparate para que te vean desde fuera a corto plazo y también desde dentro a medio y largo plazo.

Algunas personas tenemos, de forma natural esa inclinación irresistible a cambiar las cosas que encontramos en nuestro camino; en ocasiones se nos confunde con ácratas, pero no es exactamente la acracia la inclinación de la que hablo, es algo más asimilable al inconformismo perenne, a no poder dejar de vueltas a las cosas; es utilizar nuestro espíritu crítico como alerta y nuestra creatividad para buscar una solución alternativa a la que vemos.

Controlar nuestra tendencia es, en ocasiones, fundamental para nuestra supervivencia laboral. Se debe evaluar el terreno y ver si es propicio para que las cosas cambien o no, y se debe tener también una política clara de comunicación, es decir, en muchas ocasiones hay que callar planes y en otras comunicar más abiertamente las cosas de lo que nos gustaría.

Pese a todo, intraemprender es una experiencia que nos hace crecer personal y profesionalmente, es divertida y suele ser rentable. Intraemprender tiene problemas, principalmente dos; en primer lugar, que no te van a entender en tu casa – es decir, serás un friki o un vago para el común de tus compañeros – pero sí te entenderán fuera, y esto es diferente de lo que les ocurre a los emprendedores a los que sí les valoran sus colegas emprendedores, pero normalmente no el mundo exterior. El segundo, es que tu obra, pese a ser tuya, no es exclusivamente tuya como le sucede a los emprendedores y eso llega a tu bolsillo porque un emprendedor de éxito acaba ganando mucho dinero, pero un intraemprendedor nunca llegará a esas cotas. La parte buena es que, cuando lo haces desde una organización tienes más recursos para llevarlo a cabo y marca para llevar tu proyecto al mercado, las posibilidades de éxito son, como mínimo, diez veces superiores a las del emprendedor y el riesgo de fracaso no es comparable porque el intraemprendedor percibe un salario de su organización, mientras que el emprendedor sólo puede dibujar su sueldo en un optimista plan de negocio.

Gestionar el éxito puede ser una complicación adicional, no olvides que morir de éxito es una muerte como otra cualquiera; todos soñamos con ella, hasta que te sucede y reparas en que no es un sueño sino una pesadilla. Si piensas en grande y haces bien las cosas, bien puede aparecer dentro de tu empresa algo demasiado grande; debes caerles bien a tus compañeros, pues, en ése punto, la estructura con la que cuentas, tu pequeña célula intraemprendedora, no será suficiente para gestionar eso tan grande que has creado y tienes poco tiempo para conseguir apoyos, porque el Mercado no va a tener paciencia contigo. Hay discusiones de esas que no llevan a ningún lado, como si el emprendedor nace o se hace, y no es mi objetivo llegar a tan altas conclusiones, pero sí que puedes ver si llevas camino de intraemprender y si estás en el lugar adecuado para hacerlo o no. Para ello, has de valorar alguna de las cosas que suceden a tu alrededor y tendrás que valorarte a ti mismo, porque, como decía Ortega y Gasset, “yo soy yo y mis circunstancias”.

Estos son algunas de las situaciones más habituales y quizás no las hayas considerado  suficientemente: piensa si la Dirección de la empresa quiere realmente hacer algo nuevo desde dentro, o al menos si van a entender que tú hagas algo nuevo allí. Tienes una serie de indicios para verlo: si hay una tendencia negativa en la empresa, si hay miedo ante algo que vaya a suceder, si…; el director busca una solución novedosa. Porque intraemprender en una organización que no quiere que se intraemprenda nada es predicar en el desierto; y, a pesar del cambio en el que estamos sumidos, organizaciones sin ganas de cambiar son como las meigas, “habeilas hailas”. Pensarás que van hacia la muerte, que no van a sobrevivir mucho tiempo en este ajetreado comienzo de siglo XXI, y quizás tengas razón, pero poco puedes hacer ante una Dirección que no está dispuesta a aceptar la salida del statu quo.

Después, mira hacia dentro, echa un vistazo a tu historial. Lo habitual en un intraemprendedor es que sus estancias no vayan más allá de los tres años en una misma empresa, si la compañía es grande, quizás permita el cambio radical de aires, bien por ubicación física o por cometido, también ese cambio lo podríamos contar como cambio. Fíjate en los emprendedores en serie, acaban de crear algo y ya están pensando en el siguiente proyecto, no se quedan a pilotar el barco que han construido; un ejemplo que te ilustrará es la construcción de un barco de carga; primero hay un equipo que lo dibuja y, luego, otro que lo construye para pasar, por último, a otro que lo bota y lo conduce por el mar; el emprendedor (intra o no) hace las dos primeras tareas, a saber: dibujarlo y  construirlo, pero es el empresario o el gestor quien luego lo explota o dirige, todo esto se traduce en cambios de proyecto de forma habitual para el que es bueno dibujando y construyendo, pero no pilotando.

Parece evidente que un emprendedor (intra o no) no sólo tiene la idea, además la lleva a cabo; de ideas vivió Leonardo da Vinci, pero fue un contemporáneo suyo, Miguel Ángel, quien hizo La Piedad, El David o La Capilla Sixtina. Leonardo estudiaba y Miguel Ángel hacía; sólo el segundo era un emprendedor. Antes de lanzarte a intraemprender debes valorar tu tiempo. A los que tenemos hijos pequeños nos queda poco tiempo disponible fuera del trabajo, le sucede lo mismo a las personas con una intensa vida social. Intraemprender puede resultarle más fácil a los solteros que vivan en un lugar distinto del que les crió, quizás hayas pasado por la experiencia de llegar a un lugar nuevo a vivir, serás consciente entonces del tiempo del que dispones, si, además, careces de televisor, te darás cuenta que ésas son condiciones óptimas para focalizarse en un nuevo proyecto. De este modo, si dispones de más tiempo, también tendrás la posibilidad de crear tu propia empresa al margen de tu trabajo, siempre que tu contrato lo permita; que es una alternativa para entornos hostiles al emprendedor. Parece que vivimos buenos momentos para los profesionales independientes y las pequeñas empresas que hacen grandes cosas.

Valora también a tu inmediato superior. En muchas ocasiones, el intraemprendedor es un dolor de cabeza para su superior, si tienes empuje y ganas de cambiar las cosas atacas al statu quo de tu superior y de tus compañeros. Puede ayudarte el que tu jefe sea un judoka, es decir, que sepa aprovechar tu fuerza en su favor como hacen los luchadores de judo. Lo reconocerás porque son personas hábiles y bastante vagas que te aportan calma y te van cediendo protagonismo poco a poco; es una situación buena, pero con fecha de caducidad pues haces tus cosas y ganas visibilidad, pero te desgastas. Este caso tiene una peligrosa derivada, que, además de judoka, tu jefe sea o vaya convirtiéndose con el tiempo en un “chupacabras”, es decir, un vago aprovechado; en este caso, tu empuje se va agotando y transformando en mala leche, dejas de empujar sobre sus hombros y te decantas por el  infalible golpe bajo; habitualmente, esto se materializa en una comida con el jefe de tu jefe. Pero piensa también que tener buenos resultados con un “chupacabras” sobre tus hombros es indicio de tu éxito intraemprendedor, aunque más te vale haber conseguido visibilidad antes porque ahí estarás quemado buscando la salida a toda costa; no te confundas, no te vendas barato, ante los demás habéis tenido éxito el “chupacabras” y tú.

Intraemprender exige una serie de cálculos previos, por ejemplo, el recorrido que puedes tener en tu empresa. Si la compañía es pequeña o joven, conviene analizar los últimos cambios que se han producido en la estructura de ésta, sacar la bola de cristal y ver cómo será la estructura en el futuro; piensa que el intraemprendedor no tiene hueco en los escalafones clásicos; supongo que debería encajarse en el Área de proyectos, pero este departamento es habitualmente una línea de negocio de consultoría pura y dura que poco tiene que ver con empezar algo desde dentro. Por último te recomiendo que dejes las murmuraciones y te focalices en tu propósito. Ten claro el destino – el camino sólo lo tienen claro unos pocos visionarios – y piensa en grande. Esto es común con los emprendedores. Piensa en hacer de tu empresa, de tu entorno y del Mundo algo mejor, usa tus fuerzas para superar las veces que no serás entendido por tus compañeros, úsalas también para sacrificar horas de tu tiempo libre porque el día a día de tus compañeros es el mismo que el tuyo, a no ser que trabajes en un centro aislado, así que vas a tener que hacer más horas que ellos. Merece especial atención la separación del centro de trabajo porque suele facilitar mucho las cosas al intraemprendedor, especialmente en el momento inicial en que todos quieren saber a qué te dedicas, pero tú no tienes nada que enseñarles.

Aunque es muy conveniente  comunicarse con varios departamentos porque, como te decía antes, si tienes éxito los vas a necesitar, así que, de vez en cuando, intenta visitarlos. Probablemente, te meterás en muchos charcos de los que no serás capaz de salir por tí mismo, ahí los intraemprendedores tenemos una ventaja sobre los emprendedores, pues tenemos una organización detrás, pero tienes que ganarte a las personas.

Tienes tiempo para hacerlo, pues estarás un tiempo inicial trabajando en la sombra si es que la Dirección quiere que se emprenda desde dentro. Guy Kawasaki, en “El arte de empezar” dedica un capítulo a “El arte de ser buena persona”; su propuesta se resume en hacer favores a quien no te los puede devolver; tampoco es nada nuevo porque la Biblia ya dice algo así.El caso es que hacer favores a compañeros que no te los pueden devolver es rentable porque caerás bien, en línea con “La ley moral” de la que habla Sun Tzu en “El arte de la guerra”, y si les caes bien te devolverán el favor, bien ellos, bien otros con los que hayan hablado. Ese favor será sacarte del charco del que no podías salir por tí mismo.

Yahoo debería liberar Delicious y crear comunidad

Esta mañana hablando con el tío que mejor entiende Internet que yo conozca; vamos, en un pasillo de EOI con Juan Freire salió el tandem Microsoft-Yahoo en la conversación. Juan opinó que si Delicious está en venta deberían liberar el software y crear comunidad.

Y qué razón tiene. Desde un punto de vista ético es obvio; Delicious nació independiente para agregar noticias, para leer el periódico personalizado. Yahoo lo compró dos años después, en 2005 y ahora resulta que lo ponen en venta…

Pero desde un punto de vista económico también. Cualquiera hoy puede crear un Delicious, pero sólo Delicious es Delicious; me explico, si lo liberas y creas un foro de debate ya no sólo venderás Delicious, sino Delicious + Comunidad.

La feria ha muerto, viva la feria concon


Open green
se ha convertido en la feria de la inteligencia colectiva y el carnaval de la innovación abierta. También ha sido el circo del Siglo XXI y la hoguera de las vanidades del XX.

Open green nace en un mundo que ha muerto. Recuerdo mi infancia asturiana cuando esperábamos ansiosos visitar la Feria de muestras de Gijón y conseguir un avión de corcho blanco que volaba propulsado por un tirachinas, hoy mis hijos encuentran ése avión en el centro comercial, pueden tocarlo e incluso jugar con él, el mismo día que se presenta en público.

Para construir el espacio de la Escuela de Organización Industrial en SIMO se partió de dos reglas que acabaron por alumbrar, sin saberlo, la feria concon, es decir: un evento de contenidos y de contactos.

Las reglas eran simples, la primera: diseñar actividades a las que fuera la gente independientemente de que se celebrase en SIMO o en La Puerta del Sol; la segunda: alinearlo todo con el Plan 2020 de EOI.

Y funcionó, se hizo la luz, la gente aprendió, se desvirtualizó y se divirtió. La feria del Siglo XXI es la Feria concon