El día que Google deje que quemar dinero y empiece a ganarlo será un empresón.
El día que Amazon deje que quemar dinero y empiece a ganarlo será un empresón.
El día que Youtube deje que quemar dinero y empiece a ganarlo será un empresón.
El día que Facebook deje que quemar dinero y empiece a ganarlo será un empresón.
El día que Twitter deje que quemar dinero y empiece a ganarlo será un empresón.
El día que Netflix deje que quemar dinero y empiece a ganarlo será un empresón.
El día que Uber deje que quemar dinero y empiece a ganarlo será un empresón.
El día que Tesla deje que quemar dinero y empiece a ganarlo será un empresón.

 

Lo importante no es que los últimos serán los primeros,

sino si esto se produce un número impar o par de veces

para ver en qué posición acabamos.

 

La iniciativa no se crea ni se destruye, sólo se transforma.

La iniciativa es la clave para ser competitivos en el siglo XXI porque ya no vale con cumplir en el trabajo sino que hay que comprometerse, porque ya no vale con hacer bien las cosas sino que hay que ir un paso mas allá que los demás, porque ya no vale con saber hacer algo sino que hay que aprender constantemente, porque ya no vale con trabajar sino que hay que disfrutar con lo que se hace.

En este turbulento siglo un pais vale lo que vale la iniciativa de sus ciudadanos y eso lo han tenido claro los norteamericanos que van a dar visados a los emprendedores que quieran ir allí. Emprender no quiere decir que vayas a tener éxito, la mayor parte de las nuevas empresas acaban fracasando, pero sí quiere decir que tienes iniciativa, solo aquel que tiene iniciativa emprende, de modo que traer a emprendedores a tu país sí implica traer a personas con iniciativa, que son las condenadas a gobernar este siglo.

Por otro lado hoy cuesta más reparar nuestras empresas que crearlas de cero; se que es duro leer esto, es mejor destruir y crear que tratar de reformar las estructuras productivas del siglo XX.

yo hago nuevas todas las cosas (Ap 21, 5)

Este fin de semana actúo en el Internet meeting point de Oviedo. Me hace especial ilusión por tres razones: en primer lugar por compartir mesa con ponentes de primer nivel, en segundo lugar porque va a ser mi primera presentación en público como director de desarrollo de negocio en BrainSINS; y en tercer lugar porque desde el año noventa y ocho en que acabé químicas en Oviedo no había hecho nada en mi querida Asturias, y era de las pocas regiones en las que me quedaba trabajar, de modo que rompemos el nadie es profeta en su tierra.

Conforme las redes sociales van creciendo, cada vez se cita menos el origen del contenido que se publica.
No es un gesto elegante, pero era lógico pensar que iba a ser así. En una pecera más llena es más difícil saber qué pez se ha llevado la comida.